domingo, 1 de marzo de 2015

Nuevos horizontes


1 de Marzo de 2015



Hace días, en un enlace a una página web que hablaba del tema, la bloguera se planteaba la realidad de considerarse abierta y absolutamente negra o, sin embargo, por otro lado de manera independiente, afro-descendiente. Aunque ella lo tenía muy claro y se consideraba ante todo negra.

Pues bien, ante esto me surge el planteamiento -tras ver en ocasiones como el adjetivo 'afro' se utiliza en determinadas descripciones-, de si esos prefijos son necesarios.

Se está hablando últimamente del tema, y cuando preguntas a otras personas relacionadas con el tema sobre el término 'afro'-lo que sea, lo entienden como algo que hay que desgranar.

Yo particularmente lo encuentro un adjetivo más. No solo más si no que positivo y necesario. Un adjetivo que sirve de contrapunto a los significados negativos que a la palabra 'negro' se le atribuyen y que enmarca a un grupo de agentes activos en una sociedad que se reconocen representantes del género (africano en este caso).  Y esto es necesario.

Se necesita una imagen unificada de la comunidad negra, particularmente en España. Una imagen representativa en el entorno, en el sentido de que reconozca en este parte de su historia y viceversa.

Reconociéndonos primero como negros y luego como parte de una cultura con, entre otras cosas, numerosas corrientes políticas y filosóficas demostramos tener los mecanismos necesarios para ser tenidos en mayor consideración como instrumento de análisis social. Y con esto me refiero a ser más respetados. Tanto institucionalmente como a otros niveles.

Si tenemos en cuenta lo que la integración de estos mecanismos de endoculturación supondría en el desarrollo de los miembros de una sociedad o tipo de cultura, la integración de los derechos sociales más basicos se vería reflejada en una sociedad más limpia y abierta, posiblemente libre de conflictos raciales y complejos de inferioridad.

La pregunta es si estamos preparados para ello.

Debemos plantearnos una estrategia de acción que genere una nueva corriente de pensamiento que englobe a un mayor número de personas que cada vez se sientan más identificadas con el tema, desde la base. Y a pesar de eso, una imagen nueva del negro que no obvie ni olvide su presente y su historia y a muchos de los pilares fundamentales que ayudaron y ayudan a la visibilización de las personas negras como comunidad a tener en cuenta.

Para ello, un sistema de 'networking' a nivel nacional entre las diferentes organizaciones y sociedades que componen el entramado empresarial 'afro' soportado por una especie de plataforma o idea política o corriente filosófica que sirva de referente sería fundamental. Y sin embargo, todo eso ya existe y no se conoce o lo que es peor, su organización no es lo suficientemente contundente como para llegar a todos. Los hay a los que simplemente no les llega la información, pero los hay que, sabiéndola, no están de acuerdo con el tipo de política que proclaman esas sociedades, por curioso que parezca. Los hay que prefieren mantenerse al margen aferrándose a la condición o estatus que le ha otorgado hasta el momento el no involucrarse y así vivir en paz.

No nos sentimos representados en los puestos de trabajo, en el parlamento, en los medios de comunicación (¡tan importantes!) ni en los libros de texto. Pero muchos de nosotros sin embargo no actuamos para conseguir esos derechos. Para ser miembros activos de nuestra sociedad.

Tal vez el problema sea que el método tiene que evolucionar. La técnica se ha quedado obsoleta y es necesario que avance hacia una nueva forma de hacerse llegar a sus seguidores. Para ello los medios de comunicación son de gran ayuda, pero también un centro de estudios africanos impulsado y dirigido por africanos, un partido político consolidado y representativo y mayores cargos directivos en los puestos de trabajo. Y por supuesto divulgarlo.







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